jueves, 8 de diciembre de 2016

JUST EAT IT.


                      
¿Alguna vez te has planteado tus malos hábitos? ¿Y la cantidad de comida que desperdicias con ellos? 

Pues mi compañera Sandra María Moraga Martín y yo, Laura Romero Gómez, os explicaremos cuales son algunos de estos malos hábitos -partiendo del nivel doméstico hasta llegar a un nivel industrial- con los que probablemente os sentiréis identificados, sus consecuencias y posibles soluciones.

El mundo desperdicia alrededor de 1.4 miles de millones de toneladas de lo que produce, generando a su vez 3.3 miles de millones de toneladas de gases de efecto invernadero. Pero si creéis que solo afecta a este nivel, estáis muy equivocados. Cerca de 1300 millones de toneladas de alimentos se desperdician cada año mientras que 842 millones de personas sufren hambre crónica.




En definitiva, el desperdicio en porcentajes seria:
42% en los hogares, siendo el 60% evitable.
39% de los procesos de fabricacion, del cual la mayor parte se considera inevitable.
5% de la distribución.
14% de los servicios de restauración y catering.

Como posibles SOLUCIONES encontramos:
- Promover acuerdos de movimientos voluntarios
- Fomentar los canales cortos de fomentación
- Fomentar las auditorias de empresas
- Fomentar el diseño y el desarrollo de las nuevas tecnologías
- Dar máxima prioridad a reducir el desperdicio de alimentos en primera instancia. Más allá de limitar las perdidas de cultivos en las granjas debido a las malas prácticas, un mayor esfuerzo para equilibrar la producción con la demanda significaría no utilizar recursos naturales para producir alimentos que no sean necesarios.                                                                 
- En el caso de un excedente de alimentos, la reutilizacion dentro de la cadena alimentaria humana, la búsqueda de mercado secundarios o donarlos a los miembros vulnerables de la sociedad, representa la mejor opción. Si los alimentos no son aptos para el consumo humano, la siguiente mejor opción es desviarlos para alimentar al ganado, conservando recursos que de otra forma serían utilizados para producir pienso comercial. Cuando no es posible la reutilizacion, debe intentarse el reciclaje y la recuperación: el reciclaje de subproductos, la digestión anaeróbica, el compostaje y la incineracion con recuperacion de energia permiten la recuperacion de energía y nutrientes de los residuos de los alimentos, lo que presenta una ventaja significativa sobre el tirarlo en los vertederos. Los alimentos no consumidos que terminan pudriéndose en los vertederos son un gran productor de metano, gas de efecto invernadero especialmente perjudicial. 


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